En esta ocasión, vamos a seguir hablando acerca de cómo mejorar nuestras digestiones; concretamente, vamos a abordar el tema de las infusiones que más nos puedan ayudar, sus beneficios, así cómo los estudios que hay al respecto.
Ahora vamos a ver diversas plantas, muy conocidas, que la evidencia científica y también la tradición muestra que pueden ser beneficiosas para mejorar las digestiones y, por otra parte, sus infusiones también nos aportarán una muy buena dosis de compuestos bioactivos con acción antioxidante, antiinflamatoria, etc.
La menta: el activo más abundante en el aceite esencial de menta es el mentol, aunque cabe mencionar que contiene más de otros 80 componentes. Resulta que el mentol parece actuar como un relajante muscular y, además, tiene una acción antiinflamatoria. Son diversos los ensayos clínicos que se han llevado a cabo en humanos con el fin de ver que efecto tiene el aceite esencial de tema en el sistema digestivo, así como su utilidad para aliviar diversas dolencias:
Kline et al.[1] llevaron a cabo un ensayo clínico randomizado en el participaron 50 niños con colon irritable. Se dividieron en dos grupos: uno tomó las cápsulas de aceite esencial de menta y el otro grupo (control) tomo el placebo. El ensayo tuvo una duración de dos semanas y se vio que el 76% de los niños que tomaron las cápsulas de aceite esencial de menta mejoraron y redujeron la severidad de los síntomas propios del colon irritable.
En otros ensayos cllínicos, se han visto efectos similares. Por ejemplo, Cappello et al[2]. llevaron a cabo un ensayo clínico doble ciego en el que los participantes con colon irritable, tras estar tomando dos cápsulas de aceite esencial de menta dos veces al día, el 75% de los participantes mejoraron bastante (experimentaron más de un 50% de mejoría). En otro ensayo realizado al respecto, publicado en 2010, los participantes que tomaron las cápsulas de aceite esencial de menta durante 8 semanas, los cuales tenían colon irritable y sufrían de dolor abdominal. En total eran 60 participantes, que fueron divididos en: grupo de intervención (los que tomaron el aceite esencial de menta) y control (tomaron un placebo). En el grupo que tomó el aceite esencial de menta, 14 de los participantes dejaron de experimentar dolor abdominal[3].
Un meta-análisis de ensayos clínicos publicado hace poquito (en enero de este año, 2019), se concluyó lo siguiente acerca del aceite esencial de menta: “Enteric-coated peppermint oil is a safe and effective therapy for the relief of abdominal pain and global symptoms and in adults with IBS[4].” Es decir, que el aceite esencial de menta en forma de cápsula con recubrimiento entérico resulta seguro y parece ser una terapia efectiva para calmar el dolor abdominal y los síntomas globales de adultos con colon irritable.
Aunque el aceite esencial de menta presenta muy pocas contraindicaciones, estaría desaconsejado en pacientes con hernia de hiato y reflujo gastroesofágico[5]. Tampoco sería recomendable tomar cantidades excesivas de aceite esencial de menta. Es por ello que lo recomendable es que, si decidís tomar cápsulas de aceite esencial de menta para mejorar los gases y digestión, antes lo consultéis con vuestro médico y se acuerden las cantidades adecuadas en función de cada individuo.
La mayor parte de los estudios que se han llevado a cabo acerca de la menta en trastornos digestivos, se ha utilizado el aceite esencial de menta. Sin embargo, una tradicional infusión de menta también nos aporta buenos beneficios. Resulta que la menta piperita es una muy buena de compuestos fenólicos, entre los que se incluyen el ácido rosmarínico y diversos flavonoides, principalmente eriocitrina, luteolina y hesperidina[6]. Una buena parte de estos polifenoles los podemos aprovechar haciéndonos una infusión o incluyendo las hojas frescas de menta en nuestros platos. La luteolina, por ejemplo, se trata de un flavonoide de destacado interés, ya que presenta una potente acción antiinflamatoria, antioxidante y se ha visto, tanto in vivo (en modelos de animales) como in vitro, que también resulta ser neuroprotectora[7]. La luteolina también abunda en el brócoli, el perejil y el apio, entre otros.
La menta, en estudios realizados en animales, ha demostrado ejercer una acción relajante sobre el tejido gastrointestinal, efectos analgésicos a nivel de sistema nerviosos y también inmunoestimulante. En estos estudios preliminares, también se ha visto que tiene un potencial quimiopreventivo.
Por estas razones, una bebida excelente para tomar a media tarde es una infusión de menta. Aunque no es tan potente como el aceite esencial, tiene las ventajas de que es muy fácil y segura de tomar. Además, la encontramos fácilmente y es una buena manera de darle una ayudita a nuestra digestión y de tomarnos una buena dosis de compuestos bioactivos con acción antioxidante.
Preparación de infusión de menta: para preservar la mayor parte de los compuestos fenólicos de la menta, conviene que no empleemos agua hirviendo para hacer la infusión. Es preferible utilizar agua a 80-85 grados. Para hacer la infusión, emplearemos 2-3g de menta seca y la dejaremos infusionar durante 8 minutos. Transcurrido dicho tiempo, filtrar y degustar.
Hinojo: es otra de las hierbas más empleadas para mejorar las digestiones. Encontramos una buena variedad de compuestos fenólicos con acción antioxidante en las semillas de hinojo. Son ricas en flavonoides, concretamente eriodictyol-7-rutinoside, quercetina-3-rutinoside, y ácido rosmarínico[8], así como quercetina-3-glucuronide, isoquercitrina, quercetina-3-arabinoside, kaempferol-3-glucuronide and kaempferol-3-arabinoside e isorhamnetin glucoside[9]. Estos compuestos se han analizado en un extracto acuoso de hinojo, por lo que una infusión sería una manera “clásica y rudimentaria” de extraer una buena parte de estos compuestos bioactivos.
Sobre todo in vitro, el hinojo ha demostrado tener una acción antimicrobiana y, en ratones, ha mostrado tener potencial antiinflamatorio, antialérgica, citotóxica, hepatoprotectora, antiestrés, cardioprotectora, entre otros[10].
Me parece interesante mencionar dos ensayos clínicos realizados en pacientes con colon irritable, a los que se le administró unas cápsulas de curcumina y aceite esencial de hinojo[11],[12],[13]. La curcumina, que es el principal activo de la cúrcuma, es otra de las plantas que más se está estudiando por su posible potencial en los trastornos digestivos, ya que presenta una potente acción antiinflamatoria, antioxidante y en modelos de animales ha demostrado ayudar a reducir la lesiones en la mucosa provocadas por la colitis. También se están llevando ensayos clínicos sobre el potencial de la curcumina en pacientes con enfermedades digestivas, que posteriormente comentaremos. En cuento al aceite esencial de hinojo, es rico en anetol, que ha demostrado tener una acción antimicrobiana, ansiolítica y relajante muscular. Los investigadores creen que esta acción antimicrobiana y demás del anetol, unido a la potente acción antiinflmatoria y antioxidante de la curcumina, fueron los responsables de la mejoría que experimentaron buena parte de los participantes con colon irritable.
Incluir el hinojo en forma de infusión parece ser una buena idea ya que, tal y como he comentado con anterioridad, muchos de sus compuestos bioactivos se obtienen en extractos acuosos. Esta infusión puede que nos ayude bastante a aliviar las molestias de los gases. El método de preparación es el mismo que para hacer la infusión de menta.
El anís: al igual que el hinojo, es muy rico en anetol. Se han llevado diversos ensayos clínicos en los que se ha visto que podría ayudar a aliviar las molestias digestivas. Vamos a ver algunos de los ensayos clínicos realizados al respecto, así como los compuestos que parecen estar detrás de su acción:
Un ensayo clínico publicado en 2016 con pacientes con colon irritable[14], demostró que las cápsulas de aceite esencial de anís resultaban eficaces en reducir los síntomas propios de este trastorno: gases, reflujo, dolor abdominal, entre otros. Los participantes fueron divididos en tres grupos: uno fue el control (tomó un placebo), el otro grupo tomó cápsulas de aceite esencial de menta y, el tercero, tomó las de anís. Estuvieron tomando 3 cápsulas al día durante 4 semanas. Se vio que las cápsulas de aceite esencial de anís resultaron ser las más efectivas, incluso más que las de menta, en pacientes con colon irritable.
Vemos como las hierbas que se han utilizado tradicionalmente para mejorar las digestiones ahora, en diversos estudios, se están demostrando dichos beneficios.
Aunque los ensayos clínicos acerca del anís son escasos, sí que existen muchos más estudios realizados en ratones e in vitro.
Entre los compuestos presentes en el anís, se encuentran en eugenol trans-anetol, cumarinas (como la escopoletina), esteroles poliacetilenos, anisaldehído, entre otros. Estos compuestos se encuentran principalmente en el aceite esencial de anís. El extracto de anís se ha visto que contiene una buena variedad de flavonoides, entre los que se encuentran la rutina, la luteolina 7-glucoside, isoorientina, isovixetina y quercetina[15]. Estos compuestos antioxidantes, con acción antiinflamatoria, entre otras.
In vitro, se ha visto la acción antibacteriana que presentan los extractos de anís[16], entre ellos el acuoso, que es que se asemeja más a una infusión. Los extractos realizados en laboratorio se hacen de una forma mucho más sofisticada que una infusión casera, pero bueno, es también una buena forma de aprovechar los beneficios de diversas plantas. A nivel gastrointestinal, en estudios realizados en ratones, se ha visto que el extracto de anís tiene un efecto inhibidor del daño en la mucosa gástrica inducida por diversas sustancias químicas. En ese estudio, se vio que el anís tenía un efecto anti-úlceras[17].
En ensayos clínicos pequeños, se han visto más acciones del anís; por ejemplo, en uno de ellos se vio que tenía cierta eficacia en reducir los sofocos de la menopausia[18] y también aliviar el dolor asociado a la menstruación (dismenorrea)[19]. Sin embargo, la evidencia aún es escasa.
La investigación preliminar también sugiere el efecto antioxidante del anís, así como antiinflamatorio, antidiabética y antiviral[20].
Su acción antioxidante, unido a su potencial antiinflamatorio, carminativo (facilita la expulsión de gases), así como antibacteriano, parece ser los responsables de lo bien que sienta una infusión de anís y por qué tradicionalmente se ha utilizado para mejorar la digestión.
La infusión de anís se hace igual que las otras que hemos descrito anteriormente.
La cúrcuma: sobre la cúrcuma podríamos hacer un artículo de 10 páginas, y nos quedaríamos cortos. Sin embargo, en este artículo, voy a intentar resumir los mecanismos por los que parece ser indicada en diversos trastornos digestivos, así como los ensayos clínicos realizados al respecto. Primeramente, vamos a ver los ensayos clínicos realizados sobre la curcumina, que es el activo más estudiado de la cúrcuma:
Como antes hemos mencionado, se han realizado dos ensayos clínicos en los que se ha visto la eficacia del aceite esencial de hinojo y la curcumina en reducir los síntomas de pacientes con colon irritable.
En un ensayo clínico randomizado controlado, publicado en 2015, se vio que los pacientes con colitis ulcerosa que tomaron el tratamiento convencional (mesalazina) junto con curcumina mejoraron más que los que tomaron solo la mesalazina. Es por ello que los investigadores concluyeron los siguiente: “Addition of curcumin to mesalamine therapy was superior to the combination of placebo and mesalamine in inducing clinical and endoscopic remission in patients with mild-to-moderate active UC, producing no apparent adverse effects. Curcumin may be a safe and promising agent for treatment of UC”. Lo que viene a decir es que la adición de la curcumina a la terapia con mesalazina fue superior que el placebo en inducir la remisión en pacientes con colitis ulcerosa, sin efecto adversos aparentes. La curcumina parece ser segura y un prometedor agente en el tratamiento de la colitis ulcerosa[21]. Resultado similares se obtuvieron en otro ensayo anterior (publicado en 2006), en el que los pacientes con colitis ulcerosa mejoraron con la curcumina junto con el tratamiento convencional[22].
Son diversos los mecanismos por los que la curcumina, sobre todo en estudios preliminares, ha demostrado ejercer un efecto protector frente a las enfermedades inflamatorias intestinales. La evidencia reciente sugiere que la curcumina ejerce efectos beneficiosos a nivel de microbiota intestinal, tiene propiedades antimicrobianas, inhibe la transducción de señal TLR4/NF-κB/AP-1, cambia los perfiles en citoquinas y también influye en la maduración y diferenciación de las células inmunitarias. Son múltiples los efectos de la curcumina en el epitelio intestinal y el sistema inmunitario y parece actuar reforzando la barrera intestinal mediante una reducción en la translocación bacteriana y la inflamación. Hacen falta más ensayos clínicos al respecto, pero la curcumina parece ser un activo con un futuro bastante prometedor en el tratamiento de las enfermedades inflamatorias intestinales[23].
La curcumina, al ser un principio activo con baja biodisponibilidad, se están desarrollando muchos métodos para mejorar su absorción. La curcumina fitosomada es de las que se está viendo de las más biodisponibles[24], aunque otros métodos también se están desarrollando.
La curcumina es componente más estudiado de la cúrcuma, pero cabe mencionar que esta especia contiene muchos otros compuestos, entre los que se encuentran la turmerina, turmerona, elemene, furanodieno, curdiona, bisacurona, ciclocurcumina, calebina A y germacrona. Estos compuestos parecen ser la verdadera leche. Por ejemplo, la germacrona, in vitro, ha mostrado tener acción anticancerígena en células cancerosas de mama mediante la inducción de la apoptosis, lo cual es una muestra más de los mecanismo moleculares por los que actúa la cúrcuma[25]. La calebina, por su parte, ha demostrado inhibir la activación del NF-Kb pathway y potencia la apoptosis de las células cancerosas[26]. Hacen falta más estudios in vivo que demuestren este efecto, pero es muy interesante y tiene bastante potencial.
Acerca de los compuestos de la cúrcuma hay muchísimos más estudios que me parecen apasionantes, pero eso lo dejaremos para otro artículo en el que nos enfoquemos exclusivamente en la cúrcuma.
El extracto de cúrcuma utilizando agua caliente parece ser una buena forma de extraer gran parte de estos compuestos. En diversos estudios clínicos, se ha querido demostrar la eficacia del extracto acuoso de cúrcuma en diversos trastornos, como la hipertensión[27]. En el estudio que acabo de citar, se trata de un ensayo clínico randomizado doble ciego publicado este mismo año en la revista Nutrients, en el que se demostró que el extracto acuoso de cúrcuma (extraído con agua caliente, concretamente a 98 grados, durante una hora), mejoraba los marcadores de inflamación y el estado de salud en general de pacientes con hipertensión y sobrepeso.
Este estudio ha sido un ejemplo del efecto beneficioso de la cúrcuma, entera, el alimento, más que su activo principal, la curcumina. A ver, esta es mi opinión. Si bien es cierto que los ensayos clínicos realizados para ver el efecto de la cúrcuma en trastornos digestivos solamente han empleado la curcumina, en mi humilde opinión, considero que es más inteligente emplear extractos de la cúrcuma entera, ya que ésta contiene muchos otros compuestos aparte de la curcumina, como los citados con anterioridad, que actúan como un todo y, posiblemente, muchos entren en sinergia y el efecto sea aún más beneficioso. De hecho, se han llevado diversos estudios que la cúrcuma sin curcumina también ejerce efectos antiinflamatorios y anticancerígenos[28], lo cual sugiere que la cúrcuma no solo es beneficiosa por la curcumina, sino por todos los otros compuestos que encontramos en esta maravillosa raíz.
Así que considero que incluir una infusión al día de cúrcuma parece ser muy interesante, y también la podemos emplear en salsas, sopas y, si la combinamos con aceite y pimienta, la biodisponiblidad de la curcumina parece aumentar. Eso sí, cualquier persona que esté tomando fármacos anticoagulantes antes de incluir la cúrcuma, debe consultarlo con su médico, ya que esta especia interactúa con dichos fármacos y puede dar lugar a serios problemas. Por ello, si se están tomando fármacos anticoagulantes, es muy importante hablarlo antes con el médico.
Otras plantas beneficiosas para la digestión: el comino tiene propiedades carminativas (favorece la expulsión de gases) y en un ensayo clínico, se vio que resulta efectivo en reducir los síntomas en pacientes con colon irritable[29], pero los síntomas volvieron cuando se terminó el tratamiento. Se trata de un estudio muy pequeño, harían falta más ensayos clínicos controlados, doble ciego, que confirmaron este hallazgo.
El jengibre también parece ser una buena idea para incluir en nuestros platos o en forma de infusión, ya que nos aporta diversos beneficios. En estudios realizados en ratones, se ha visto que el jengibre previene la aparición de úlceras gástricas inducidas por fármacos antiinflamatorias o por Helicobacter pylori[30]. Ejerce una potente acción antioxidante e inhibe la peroxidación de los lípidos, siendo esto posibles mecanismos por los que tiene acción gastroprotectora. En diversos ensayos clínicos, se ha visto que el jengibre previene las náuseas y vómitos[31].
Dada la amplia variedad de compuestos bioactivos que encontramos en el jengibre que muchos de ellos, in vitro e in vivo (en animales) han demostrado ejercer una acción antiinflamatoria, anticancerígena, pro-apoptosis, antiangiogénicas, entre algunas cositas más, es una especia que merece la pena incluir. Entre esos compuestos están el shogaoles y los gingeroles[32].
Ir variando estas infusiones e incluirlas en nuestro día a día, puede ser una ayudita a nuestras digestiones y, por otra parte, nos van a aportar una buena dosis de fitoquímicos. Además, son reconfortantes y están ricas. No se trata de tomar todas estas infusiones todos los días; es mejor ir variando. Un día a media tarde hinojo con anís y después de cenar menta, al día siguiente cúrcuma con jengibre… y así nos vamos beneficiando de cada una de ellas.
REFERENCIAS CIENTÍFICAS
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